La mañana del sábado 14 de diciembre de 2019, la folclorista sanbernardina Xaviera Rojas perdía la vida al interior de una casa abandonada en calle Urmeneta. En la tranquilidad de la mañana y cuando se dirigía a la Casa de la Cultura, fue abordada por Javier Antonio Bustamante Bustos (condenado a cadena perpetua), quien la violó y asesinó de un golpe con un objeto contundente para luego, y en compañía de su hermano Diego, lanzarla al canal “Espejino”. El cuerpo sin vida de la talentosa joven fue encontrado el domingo 15.
Por muy crudo que parezca el relato, es la mejor manera de entender el peligro que significa para los vecinos de San Bernardo lidiar con el total abandono en el que se encuentran cientos de inmuebles. Algunos eternamente cerrados, sin moradores, echados a su suerte y ni dueños que se hagan cargo, se transforman en verdaderas trampas mortales. Sin iluminación, ventanas rotas e ingresos brujos completan el inquietante panorama.
Entonces, es completamente entendible el miedo y preocupación que viven los vecinos del sector “Valle de Cóndores”, en camino Padre Hurtado (ex “Los Morros”), al lidiar con este recinto en la esquina de calles Piedemonte con Las Pircas. El inmueble, otrora casa piloto de Socovesa, lleva años inerte y su vandalizada estructura es zona ideal para drogadictos y un perfecto escondite para delincuentes.
Y así dan cuenta los propios vecinos de los condominios “Los Álamos”, “El Remanso” y “El Roble”, quienes han puesto la voz de alerta para evitar que la tétrica morada se transforme algún día en escenario de otro homicidio.
“Es un foco de delincuencia, y si no fuera por la coordinación de los vecinos esto estaría peor. Todos los días hay que estar súper alertas porque es un foco de violencia y no podemos permitir que pase algo más grave, como por ejemplo un incendio o algo más. De hecho, una brigada que vive cerca de acá vino a inspeccionar e informó que perfectamente puede producirse fuego ahí”, dijo a El Amanecer de Lo Herrera Katherine Arriagada, vecina de “Los Álamos” que vive frente a la casa deshabitada.
“Hace poco planteamos al alcalde de la comuna (Christopher White) este tema para buscar soluciones, indicándonos que vería las factibilidades que hay para apoyarnos, ya que el terreno es privado y es muy poco lo que el municipio puede hacer en este aspecto. Acá hay poca presencia de móviles de seguridad ciudadana, lo que deja aún más claro que somos los vecinos los que debemos organizarnos. De hecho, sería muy bueno controlar el acceso porque he visto personas destruyendo el lugar y reuniéndose, lo que nos expone”, agregó.
“MIS HIJOS NO VAN A PIE”
Más compleja es la situación que vive Vania Zúñiga, también de “Los Álamos”, quien sostiene que “vivimos hace 5 años acá, y cuando llegamos esta casona ya estaba abandonada, siendo hoy un foco de delincuencia enorme. Se meten personas de todas las edades, no sabemos a qué, uno pasa y ve tirada ropa, botellas, latas de cerveza, basura, etc. Hay puro vandalismo”.
“Estuve en la reunión con el alcalde, días después de que sufriera un portonazo en mi casa. Y de partida, dejó claro que presupuesto no hay, entonces cómo solucionamos el problema de las luminarias, por ejemplo, ya que en el sector donde está esta casa abandonada se ve muy poco. De hecho, vivo cerca del colegio (Palmares Los Cóndores) y mis hijos no van a pie, no los dejo”.
Miguel, un verdulero que se instala por calle Las Pircas, a sólo metros del lugar, me aclara que la reja tiene un hoyo y que puedo entrar sin problemas. Dicho y hecho, compruebo el vandalismo, el improvisado baño, vidrios rotos desperdigados en las escaleras y el nauseabundo olor.
Y me habla Fermín, vecino del condominio “Cerro Negro”, quien me cuenta que “este lugar está abandonado, se puede producir un incendio y en la noche llegan personas curadas a dormir, así que está peligroso. Paseo a mi perro por aquí en las noches y siempre hay alguien haciendo fuego u ocupándolo de baño”.
“Me da miedo por la gente que transita por acá en la noche, y hablamos de niños, niñas y jovencitas de los otros condominios. Entonces a cualquiera le puede pasar algo. Pueden tomar a una niña, meterla para allá y hacerle lo que quieran”, completa.
¿COMPAÑÍA?
El sitio y la casa abandonada no pasa inadvertida, menos para los miembros de la brigada “Catalunya”, del condominio “La Pradera”, fundo “Los Cóndores”. El grupo de voluntarios, con 1 año 5 meses de funcionamiento, explicó a este medio, a través de su capitán, Waldo González, que “nos reunimos con el dueño del terreno, el holding dueño de supermercados Montserrat, y le presentamos un proyecto, una idea para ocupar el inmueble como un lugar donde reunirnos y conversar como brigada y, en un futuro, instalar una compañía”.
“Queremos estar ahí en vez de que vengan otras personas de la calle. Le mandamos foto y todo, y le solicitamos considerarnos si algún día existiera la posibilidad de hacer un comodato o algo por el estilo. Nos gustaría que nos entregaran el lugar”, agregó.
¿QUIÉN SE HACE RESPONSABLE?
La casa abandonada de “Valle de Cóndores” está en un terreno que pertenece a los dueños de supermercados Montserrat. De hecho, el que se construyera uno en este lugar era una idea muy potente, pero que en mayo de 2021 se derrumbó. La firma que maneja el negocio enfrentó problemas económicos y judiciales, que la llevó a anunciar el final de sus operaciones después de 40 años.
Ahora bien, ¿puede el municipio de San Bernardo hacerse cargo del lugar, cerrarlo e iluminarlo? Fuentes legales consultadas por El Amanecer de Lo Herrera, sostuvieron que la respuesta es clara: “No puede porque el dueño es un particular, así que no debe ingresar o tomar posesión de una casa. Ahora bien, podría cercar e iluminar el lugar, pero a costo económico del dueño. Y revisando el caso de Xaviera Rojas, el propietario de la casa donde ocurrieron los hechos debiera ser responsable civilmente, si es que la familia interpone una acción por indemnización”.