Es increíble que una partícula de 120 nanómetros, es decir, de un tamaño de 0,000012 centímetros, haya paralizado al mundo y obligado a vivir de una manera diferente, modificando nuestras rutinas, formas de desplazarnos, estudiar y, principalmente, trabajar. Y me detengo en este último concepto por la grave situación que viven varias familias de la comuna de San Bernardo, que lamentablemente no pueden realizar sus labores por internet ni optar a turnos éticos. Hablo de trabajadores que viven el “día a día” y que necesitan de nosotros, que formamos la sociedad civil.
Es valorable la organización que las personas han mostrado para impactar en su entorno al preocuparse por el otro, por el prójimo. Aportando lo que pueda desde sus posibilidades, esta sociedad civil ha desarrollado alianzas y un trabajo mancomunado en la figura de vecinos, dirigentes y autoridades. También entrego mi reconocimiento y admiración al personal sanitario, que vive congestionado desde hace años y que hoy también toma en sus manos la mochila enorme de la pandemia.
Se torna necesario, entonces, tratar de reconstruir todo lo que ha dejado este gran remezón sanitario, utilizando nuestras mascarillas, teniendo un aseo frecuente de manos y, por supuesto, la distancia entre las personas. Sólo unidos no le daremos espacio al COVID-19, pero sí a la nueva ideología de la solidaridad de villas y juntas de vecinos, donde nadie busca sacar partido.
Jovanka Collao M.
Concejala
Ilustre Municipalidad de San Bernardo