El miedo y la espera ya tienen casa propia

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“En junio estuve una semana y media hospitalizada por un infarto cerebral, y no puedo pasar rabias porque me puede subir la presión. Pero igual tengo que venir porque es mi casa, por la que he luchado 13 años, y no aguantaré que nadie se la ‘tome’”. Este relato es de Natalia Campos, una de los cientos de propietarias del proyecto habitacional “El Mariscal” que decidieron hoy tomar posesión de sus casas luego de que en la madrugada una turba de 100 personas ajenas al proyecto intentase ‘tomárselas’”.

La noche en Avda. Padre Hurtado con Baquedano, a dos cuadras del cruce con San José, fue compleja. Entre balazos, palos y amenazas los socios del comité cuidaron sus casas de las inesperadas visitas. Y los dardos los dirigen, tal cual lo escribieron en el fanpage del comité, a las autoridades regionales y locales, a quienes acusan de dilatar exageradamente la entrega definitiva de sus moradas.

Los propietarios ingresando a sus casas.

“Somos ocho comités de allegados, que agrupamos a 775 familias. Mmujeres, hombres, mapuches, no mapuches, niñas y niños, gente pobre que decidimos venir y hacernos cargo de lo que las autoridades no han hecho. Hoy nos apropiamos de lo que nos pertenece, porque estamos cansados de que una vez más nos nieguen nuestro derecho a la vivienda porque no son capaces de ponerse de acuerdo entre la constructora y la municipalidad”.

“Nos han utilizado como moneda de cambio para el mejoramiento del entorno, dilatando la entrega de nuestras casas que ya están terminadas, con acceso a agua y luz. Hemos tenido reuniones, donde hemos propuesto resolver todos los temas, presentado alternativas para proceder a la entrega final de nuestras casas, con miedo y angustia de ver arruinado el sueño de nuestra casa propia. Hemos recibido amenazas, pero estamos aquí, convencidas y convencidos de que nuestra única alternativa es la organización entre pobladoras y pobladores, y no vamos a retroceder”, agrega el comunicado.

PIERDEN GARANTÍA

Fuentes del Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) informaron a El Amanecer de Lo Herrera que las personas que ocuparon las casas irregularmente, no esperando la recepción final, pierden la garantía. Es decir, no podrán exigir a la constructora el arreglo de algo que no quedara debidamente construido y/o ejecutado

“Estamos a la espera de la respuesta de las dirigentas para tener una reunión mañana con la directora de Serviu de la Región Metropolitana, Juana Nazal, en las oficinas del servicio y poder llegar a un acuerdo. El objetivo es lograr que las familias puedan recibir sus viviendas con recepción final y así contar con todas las garantías de postventa”, precisaron a este medio desde Serviu.

El Serviu también informó que ingresarán a la brevedad la carpeta del proyecto a la Dirección de Obras Municipales (DOM) de la Municipalidad de San Bernardo, con toda la documentación necesaria del proyecto, como certificaciones de empresas como Aguas Andinas, ENEL y CGE, entre otras. Todo tiene que estar en orden para que el proyecto tenga el certificado o recepción municipal”.

“Una vez ingresada la carpeta, el director de la DOM (Cristopher Karamanoff) tiene que emitir la Recepción Final (RF) y sólo así se pueden entregar las viviendas. Ahora bien, si la carpeta tiene observaciones, tienen que ser subsanadas por la empresa constructora. Y la RF es muy importante porque con ella las personas pueden hacerles modificaciones a sus viviendas y que después se hagan efectivas las garantías. Sin esta RF, las personas no pueden habitar sus casas”, comentó el servicio.

Natalia Campos, feliz en su nuevo hogar.

Al respecto, el director de Obras Municipales de San Bernardo, Cristopher Karamanoff, dijo a este medio que la carpeta no ha sido ingresada por Serviu, por lo tanto, están a la espera de que ello ocurra. “Ahora bien, tampoco están rápido obtener una recepción final luego de ingresada la carpeta. Eso puedo tomar mucho tiempo”, dijo.

Y mientras el Serviu, la constructora “Concreta” y la Dirección de Obras de San Bernardo se ponen de acuerdo para avanzar en la entrega definitiva de las casas y departamentos, Natalia Campos y su familia de 6 personas acomodan sus pertenencias al interior de su nueva hogar de calle Dunguain, casi esquina calle Rukawue, que coincidentemente significa “lugar donde se construye una casa”.

Y eso lo tiene claro Natalia Campos: “Acá está mi futuro. Aunque me haya amanecido toda la noche, sin poder dormir, estando acá estoy más tranquila”.

 

DELH

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