La Red de Urgencia tiene una herida profunda

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Infraestructura adecuada, nueva ropa, apoyo sicológico para enfrentar el estrés por la pandemia, un mejor clima de trabajo, arreglar las ambulancias y estabilidad laboral son los coletazos que dejó el llamado a movilizarse que hicieron este mediodía los funcionarios de la Red de Urgencia de San Bernardo.

Si bien “bajar los brazos” y mantener un turno ético fue la posición inicial de los trabajadores tras enterarse de la reestructuración que tiene pensada la secretaría general de Educación y Salud (Corsaber) para la unidad, la verdad es que el movimiento tiene un dolor más profundo.

Pero vamos por parte. La semana pasada, los funcionarios fueron alertados por colegas del Cesfam “Raúl Brañes” que se venían cambios en el edificio de calle América con Avda. Colón (ex Dideco) y no se descartaban despidos. Y cundió la incertidumbre.

“El servicio que damos es tremendamente importante, sobre todo para los pacientes postrados y dializados, a quienes llevamos a sus horas médicas a otros hospitales, como por ejemplo el Barros Luco, del Tórax y Salvador. No queremos frustrarnos por dejar de ayudar a los vecinos que más necesitan ni ver el despido de compañeros”, precisó un funcionario a El Amanecer de Lo Herrera.

La reunión entre funcionarios y secretario general se extendió por más de dos horas.

La situación no pintaba para nada bien ya entrado el viernes, es más, el pulso de los colaboradores se aceleraba al saber que mientras se pensaba reestructura la red de urgencia, lo que supone ajustes de dinero, en el patio trasero dos ambulancias entregadas por el Gobierno Regional (GORE) yacen polvorientas y agónicas, en tanto otras nuevas fueron arrendadas para enfrentar el Covid-19. Algo no calzaba.

Para que se haga una idea. En 2017, el GORE autorizó a la comuna fondos (a través de un Fondo Nacional de Desarrollo Regional -FNDR-) para adquirir seis ambulancias básicas y dos móviles de traslado, con la finalidad de reponer el actual parque de automóviles y cubrir la demanda actual de traslado de urgencias y de pacientes programados. El monto directo asignado fue de $403.920 millones.

“NO SE MUEVE NADIE”

Con todos estos antecedentes sobre la mesa, este mediodía los funcionarios entregaron una declaración pública en las puertas de la unidad para explicar que no estaban de acuerdo con la decisión del secretario general de Educación, Héctor Iribarren, de reestructurar el servicio de urgencia, que incluía sacar ambulancias y trasladarlas a los Cesfam “Raúl Brañes” y “Raúl Cuevas”. La calificaron de prematura,

Y la reacción de las autoridades no se hizo esperar. A las 15 horas, el secretario general, acompañado de la directora de la red de urgencia, Mirta Gárate, se sentaron a la mesa con los funcionarios para conversar la situación. Las heridas más profundas no tardaron en aparecer.

“Nos falta ropa adecuada”, “nos trajeron colaciones con hongos”, “las camillas se oxidaron por lavarlas tanto producto del Covid”, “en invierno lavamos las camionetas bajo la lluvia”, “hay peleas entre nosotros”, “la capacidad de los tanques de oxígeno es muy poca” y “las personas nos reclaman que no llegamos con ambulancias y hay dos botadas en el patio” fueron algunos desde los desahogos. El grito de auxilio era agudo.

Tras escuchar las palabras de los funcionarios, Héctor Iribarren entró al diálogo y adelantó que “acá no se mueve nadie”. “Nunca he hablado de destruir la red de urgencia, tampoco de inestabilidad laboral así que permanecerán las mismas personas. Así también debemos apelar al liderazgo de la directora para solucionar los conflictos internos, buscar puntos de acuerdo. También debemos preocuparnos de mejorar la infraestructura y arreglar las ambulancias”, dijo. En este punto, el secretario general precisó que con el dinero de la reliquidación de una máquina se arreglarán las otras dos empolvadas.

Las dos ambulancias abandonadas serán reparadas.

SAPUS LARGOS

En relación con la reestructuración, Iribarren detalló que “es para potenciar la red de urgencia y sus componentes, que son los SAPU, los SAR, la Central de Ambulancias y el coordinador. Y una de las medidas es que cada uno de los SAPU que funcionan en los Cesfam pasan a depender de los directores de los Cesfam, que es algo que está en la ley y la norma, y que estamos corrigiendo”.

La otras medida es que en los lugares donde hay Sapus largos (funcionan toda la noche), que son los Cesfam ‘Raúl Brañes’ y ‘Raúl Cuevas’, se llevará una ambulancia a cada uno. Por último, las máquinas malas del patio no están dadas de bajas y se arreglarán gracias a la reliquidación que el seguro hizo por otra, quedando luego a disposición del servicio”.

DELH

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