Crecimiento y desarrollo de estudiantes sanbernardinos, una práctica profesional de Vulco S.A.

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SAN BERNARDO.- “Cuando recibí el llamado me alegré mucho porque quería estar acá, entonces ver que la posibilidad se hacía realidad fue maravilloso. Sabía de antemano que la empresa tiene un alto concepto de seguridad, inclusión y compromiso con sus trabajadores… deseaba estar acá”. Estas palabras son de Javiera Montserrat Gaete Orellana, joven de 17 años, egresada del Liceo Polivalente Santiago de Compostella, de San Bernardo, y flamante estudiante que realiza su práctica profesional en Vulco S.A.

La alumna de especialidad Administración de Empresas Mención Logística, con residencia en El Bosque, narró a El Amanecer de Lo Herrera la vivencia de ser parte de la compañía, el trato que ha recibido y la importancia de sumar experiencia rumbo a sus estudios superiores.

“Dejé mi CV acá porque conocía la empresa, luego me llamaron para una entrevista y un par de días después me contactaron para la inducción y realizar mi práctica profesional. Y estando ya acá confirmé todo lo que se dice, cumplió todas mis expectativas. Es una empresa en donde hay mucho respecto y amabilidad”, sostiene Javiera.

Mientras abriga sus deseos de ir a la universidad y terminar un curso de inglés, pone sus conocimientos al servicio de la bodega de pañol central. “Al principio estaba nerviosa, porque es mi primera experiencia laboral y había puros hombres, pero después sentí inmediatamente amabilidad y apoyo, lo que me ha ayudado a desarrollarme en las actividades que me piden. Por ejemplo, realizo despachos y los ingreso al sistema, y también estoy aprendiendo a hacer pedidos”.

Javiera en su lugar de trabajo, el pañol central.

“Cuando en mi familia se enteraron de que trabajaría acá se colocaron muy felices, y me gustaría contarle ahora a mi colegio y profesores que estoy haciendo la práctica en Vulco S.A.”, precisa.

AMIGOS, VECINOS Y COMPAÑEROS

Dejada atrás la bodega de pañol central, la política anual de Vulco S.A. de brindar prácticas profesionales tiene en el laboratorio otros ejemplos. Hablamos de Elías Jacob González Álamos (17 años) y Franco Nicolás Valenzuela Tello (18 años), vecinos de la Villa Anguita, de San Bernardo, y compañeros de curso en el Centro Educacional “Padre Alberto Hurtado”.

Estos egresados de la especialidad Química Industrial con mención en laboratorio clínico conviven hoy en un mundo real laboral que los sitúa frente a instrumentos, controles de calidad y máquinas poco familiares, pero que han podido “dominar” gracias al apoyo de los colaboradores de la compañía.

“He aprendido a utilizar máquinas e instrumentos muy diferentes a los que tenemos en el colegio. Sin embargo, nuestra jefatura siempre nos pide que preguntemos ante la duda, porque estamos acá para aprender, que no tengamos miedo de hacer las consultas. Y no fue fácil, porque soy una persona tímida, me costaba comunicarme con las personas, pero me ayudaron a tomar confianza, a ‘sacar la voz’, algo que es importante en un trabajo en equipo”, sostuvo Elías, quien ya está matriculado en el Duoc UC San Bernardo para cursar la carrera de Ingeniería en Informática.

Elías y Franco, amigos, vecinos y también compañeros en el laboratorio.

“Para llegar a Vulco, primero, el colegio envió mi CV y luego me llamaron para preguntarme si aún buscaba práctica profesional, y les dije que sí. Acto seguido, me citan a una entrevista y después a una inducción. Y desde el primer minuto supe que era un lugar agradable, con personas muy atentas. De hecho, lo sentí desde la inducción, cuando nos informaron las normas y reglas de seguridad”.

“Ese día me fui muy contento a mi casa y mis papás estaban felices, porque sabían también que llegaba a un buen lugar. Y esa noche antes del inicio de la práctica tenía mucha ansiedad, me costó dormir, pero al despertar me levanté feliz para enfrentar el primer día. Quiere volver a trabajar acá una vez titulado”, completa Elías.

EL DESEO DE QUEDARSE

 En el otro lado del laboratorio está Franco, quien, y al igual que sus amigos Javiera y Elías, está contento con su práctica profesional en la histórica compañía de calle San José. “Antes trabajaba como reponedor en un supermercado y el ambiente laboral acá es muy distinto, porque hay mucho mejor trato, con harto respeto”.

“Y la verdad, hemos tenido harta ‘pega’ y creo que he cumplido bien, porque no es como en el colegio, ya que se debe cumplir sí o sí con los trabajos que me piden. Si bien no me ha costado hacerlos, hay presión en el día”, agrega Franco, quien desea quedarse trabajando “en esta área u otra”.

“¿Por qué la urgencia? Soy el mayor de 5 hermanos, todos menores, y sé que estoy siendo un ejemplo para ellos. Me felicitan por lo que estoy haciendo y que ‘tire pa’ arriba’, que le ponga empeño y haga lo que me gusta”, precisa.

El deseo de este joven es también acceder a la educación superior, una meta asumida desde la época de la escuela, porque bien sabe que la especialización y el esfuerzo asegura éxito en los desafíos. “Acá aprendo cada día algo nuevo, recibo el buen trato de las personas y consejos que me servirán para lo que viene. Feliz de estar acá haciendo mi práctica”, finaliza.

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