Santa Filomena de Nos duerme con un enemigo silencioso: la pomacita

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El histórico sector de Santa Filomena de Nos está durmiendo con un vecino silencioso y peligroso: la pomacita. Cerca de un año los habitantes del lugar han visto como una parcela (de la familia Jara) se ha convertido en centro de acopio de este material nocivo para la salud, lo que está acompañado de un tránsito diario de camiones.

El predio, ubicado al final de sector conocido como San Andrés, fue arrendado por la familia Jara a una persona, la que luego lo subarrendó. “No puede pasar, es recinto privado y yo solo arriendo aquí”, me advirtió una una mujer con tono extranjero mientras intentaba tomar una foto de registro.

La situación tiene en alerta a la comunidad, que ya ha planteado al municipio y a la propia Junta de Vecinos su inquietud. Tanto así, que cuentan con fotos y filmaciones que comprueban que los camiones también están dejando ilegalmente basura y escombros, y que se han prendido.

Y los datos que este medio obtuvo de los móviles del Departamento Local Sustentable del municipio reafirman lo anterior. Entre el 22 de julio y el 15 de agosto le cursaron a los dueños 5 multas por: acumulación de basura y escombros sin autorización ni resolución sanitaria; no tener patente ni resolución sanitaria; quema de basura y escombros; funcionamiento de venta y acopio de pomacita sin patente ni resolución sanitaria; y acumulación de escombros y basura no autorizada y quema de los mismos. Sin embargo, el acopio se mantiene.

Una vecina que pidió no revelar su identidad precisó a ELH que “los días de viento esa tierra se mete en las casas, es molesto, nosotros vemos desde nuestras ventanas como, incluso, hoy existen tierras de distintos colores y no sabemos qué son. Lo de la pomacita está claro, porque se ven los cerros acumulados”.

Por su parte, Alejandro Machuca, que vive hace 35 años en el Cerrillo, contiguo a la parcela, comenta que “está contaminando, pasan los camiones a cada rato y a exceso de velocidad. Sentimos tofos los días la polución, el polvo en suspensión, y a todos nos preocupa que esta pomacita esté en el aire. Nadie sabe con qué permisos trabajan ahí y durante el día pasan varios camiones con ese material”.

Al respecto, el presidente de la Junta de Vecinos Santa Filomena de Nos, Juan Carlos Gómez, comentó a este diario comunitario “que hace tres o cuatro meses los vecinos del sector San Andrés y el Cerrillo se acercaron a conversar sobre la pomacita que se estaba depositando en una de las parcelas. Hicimos las denuncias al municipio, vinieron, los multaron. La verdad es que esto se transformó como en un vertedero. Ahora bien, luego convocamos a una reunión a las personas que les complicaba el tema y no vinieron”.

“Luego nos enteramos que el lugar había sido clausurado, pero ahora al parece volvieron a funcionar y deberemos hacer las consultas respectivas”, agregó Gómez.

Sin embargo, al parecer no todos los que habitan en el sector de Santa Filomena de Nos están al tanto del problema, porque al ingresar al condominio “Barrio Nuevo” comprobamos que los vecinos nada saben del tema. De hecho, nuestra conversación la noche del sábado 2 de noviembre fue la primera información que tenían de la pomacita y la cercanía con sus casas. “No sabemos ni sentimos nada”, precisó un dueño de casa en calle Josefa Denos.

SILICOSIS

También conocido como puzolana, la pomacita es un polvillo de origen volcánico que, dentro de sus componentes, contiene silicatos, es decir, silicio. En términos más simples, estos silicatos producen una enfermedad crónica pulmonar que se llama silicosis, porque al inhalarse esos pequeños cristales de sales de silicio irritan en el pulmón y producen la formación de fibras que van endureciendo lentamente el pulmón, de tal manera que después de varios años puede desarrollarse una insuficiencia pulmonar por un endurecimiento del órgano.

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