Borja y Baltazar, una historia gemelar de carencias

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En el block ubicado en calle Volcán Maipo 15022, comuna de San Bernardo, el grito de ayuda tiene cara de bebé. Los pequeños gemelos con síndrome de down Borja y Baltazar Marabolí Catalán enfrentan una difícil situación, ya que tras nacer el 9 de diciembre de 2018 en el Hospital Parroquial, su madre, Paola Catalán (36 años), agobiada por el consumo de drogas durante y pos embarazo, decidió entregárselos a su abuela materna María Teresa Marabolí (63 años) por no sentirse capacitada para la crianza.

De aquel momento ha pasado más de un año, y la situación en el departamento de María Teresa es crítica toda vez que la condición especial de ambos niños requiere seguimiento médico, leche sin lactosa de alto valor (NAN), y en el caso de Borja una colostomía (operación al intestino grueso).

Y toda esta ardua labor de crianza se fragua en un pequeño departamento arrendado donde también conviven los otros dos hijos de María Teresa, Spencer y Michael Lagos, siendo este último quien trabaja como jornalero para llevar mensualmente 350 mil pesos y cubrir los 130.000 pesos de renta, y gastos de luz, agua, gas, vestimenta y alimentación de todos.

María Teresa recibe a “El Amanecer de Lo Herrera” una tarde de lunes, y un vaso de agua calma por un momento su voz y desesperación. “Estoy ahogada, mi hija me dejó a los niños porque no era capaz de criarlos. Y del padre ni hablar, no lo conocemos ni sabemos su nombre. Y si bien mi hija hizo un esfuerzo y se llevó sólo a Borja, lo cuidaron en el ‘Hogar La Paz’ porque la desalojaron del inmueble por no pagar el agua ni luz”. A lo que se refiere María Teresa es que gracias al Serviu y la Gobernación su hija obtuvo un inmueble en comodato en la comuna de Pudahuel, sin embargo debido a los problemas descritos lo dejó y volvió a San Bernardo, entregando a Baltazar a la abuela mediante tribunales. “Estaré eternamente agradecida de esa ayuda a la intendenta de Santiago (hoy ministra secretaria General de Gobierno) Karla Rubilar”, aclaró.

CAMBIO DE NIDO

La caridad ha sido un aliada para esta abuela, toda vez que en el hospital “El Pino” la asistente social Mónica Donoso y otras personas han cooperado con enseres, dinero en efectivo, pañales y leche, y guiándola para optar a los beneficios sociales. Y aquí cobra fuerza la figura de Sebastián Quezada, trabajador social y gestor de casos del Programa de Fortalecimiento Municipal (PFM) “Chile Crece Contigo”.

El profesional, respecto del caso de María Teresa y los niños Borja y Baltazar, comentó que “desde que tomamos el caso comenzamos a apoyarla en beneficios básicos como alimentos, pañales y leche NAN bajo recetas médicas, y que hasta ese entonces no había diagnóstico de parte los servicios de salud sobre la intolerancia a la lactosa de los niños. Borja se mantenía en ese tiempo a cargo de una fundación recibiendo cuidados especiales, ya que mantiene una colostomía, hasta que la misma debió discontinuar su funcionamiento, por lo que entregaron el niño a la abuela, mientras que Baltazar se mantenía bajo los cuidados de Paola Catalán, madre de los niños”.

“Desde que ambos niños, que padecen varias enfermedades, están con María a ésta se le ha orientado desde la Oficina de la Discapacidad para tramitar la credencial de los niños, ya que con ella puede acceder a ayudas técnicas. A su vez, desde la oficina de subsidios se le ha orientado para obtener la pensión por discapacidad de los niños, entregándoles los formularios y documentación para concretar. También, se le ha orientado respecto a los subsidios habitacionales desde la Oficina de Vivienda”, agrega Quezada.

Dado que el caso es de alta complejidad, el asistente social precisa que “se ha trabajado a nivel de Red de ‘Chile Crece Contigo’ y desde el servicio de salud, los cuales están evaluando el caso dada la alimentación especial que requieren. En ese sentido desde el municipio de San Bernardo se le ha gestionado la compra de 23 unidades de NAN sin lactosa, esperando realizar una solicitud similar en la Gobernación en el mes de marzo-abril, también a la espera de lo que lo el servicio de salud pueda aportar”.

La conversación con María Teresa termina con otro vaso de agua, y con una visita guiada al departamento que insiste en realizar. Un baño cuya puerta choca si se abre al mismo que la de ingreso, y la pieza de sus hijos Spencer y Michael se usa como bodega. En su habitación, donde duerme con los niños, la puerta no se abre por completo porque está el closet y una cuna. El otro duerme con ella. Y le gustaría descansar más cómoda con ambos, y una cama nido de 250.000 pesos le daría esa posibilidad, pero ese y otros “lujos”, en calle Volcán Maipo 15022,no están permitidos.

Urge más ayuda…

Una “cama nido” aliviaría el descanso de los niños.

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