A una semana de declarar el cierre temporal de funciones producto de la aglomeración de vecinos en momentos que Chile enfrenta una pandemia por el Coronavirus, el municipio de San Bernardo echó pie atrás en su decisión y permitirá que los locatarios del Persa 40 regresen a vender en la ya tradicional calle Calderón de la Barca este sábado 11 y domingo 12 de abril, pero con restricciones.
¿Y qué llevó a la gestión de la alcaldesa Nora a Cuevas a cambiar de decisión considerando que evitar aglomeraciones es vital para no aumentar los contagios? La respuesta a esta pregunta choca inevitablemente con otra más compleja ¿qué está primero, el dinero o la salud?
En siete días el municipio de San Bernardo llamó dos veces a reunión a los sindicatos del Persa 40 para hacerles ver que la cantidad de gente apostada en el lugar (fotos fueron viralizadas por el fanpage San Bernardo Opinión) atentaba contra la salud pública y los esfuerzos locales y gubernamentales para controlar el nocivo brote infeccioso.
Según precisó el dirigente Juan Sánchez en conversación con el DELH, “la alcaldesa nos advirtió que tomáramos medidas de protección porque en San Bernardo avanzaba el contagio, pero nuestra gente no las tomó y ese fin de semana llegaron muchos a comprar, no hicieron caso. Pues bien, la semana pasada nos llaman a reunión urgente al municipio, donde asistimos siete representantes de los sindicatos. Y el administrador municipal Felipe Quintanilla y la directora de Rentas Paola Pérez nos indican la gravedad de la situación e informan que el persa queda suspendido en su funcionamiento por resolución sanitaria”.
El dirigente agregó que “esto provocó incomodidad en nuestros socios porque no pudieron vender la mercadería que ya estaba comprada. Y aceptamos la decisión, pero dejo en claro que sin firmar ningún documento al respecto”.
Cuatro días después (martes), tras el concejo municipal, la alcaldíallamó a otra reunión a los sindicatos, llegando 10 de ellos, quienes aclararon que acatarían la decisión. Pero hubo un grupo de socios, de no más de 10 personas, que quería vender y presionaron a la alcaldesa para tener abierto este fin de semana. Los mismo sindicatos, agregó el dirigente, “insistimos en que acataremos lo que ustedes decidan, pero no somos responsables de lo que suceda con las aglomeraciones. Yo, particularmente, soy temeroso del coronavirus y las muertes que provoca”.
El párrafo anterior es la base del afiche publicado por el municipio en su Facebook corporativo, informando que el Persa 40 abrirá sus puertas entre las 13 y 18 horas de este sábado y domingo, debiendo ser levantados los puestos entre 18 y 19 horas. Agrega que sólo podrán trabajar locatarios con patente municipal, quedando excluidos los mayores de 65 años y enfermos crónicos.
DOBLAR LA MANO
Al respecto, el administrador municipal Felipe Quintanilla sostuvo que “quiero ser enfático en decir que no nos ‘doblaron la mano’, porque esta medida responde a darle la posibilidad a muchas personas que en el cierre de la semana pasada se quedaron con toda la mercadería comprada y sin poder venderla. Y sólo es por este fin de semana, quedando sujeta a evaluación dependiendo de cómo va la curva de contagios”.
“Esta es una decisión consensuada con todos los sindicatos y estamos seguros que ayudará a muchas personas que no tienen hoy sustento económico para vivir”, agregó.
CONCEJALES
En esta medida de reapertura del Persa 40 no fueron consultados los concejales, pero hay que aclarar que la alcaldesa Nora Cuevas no tiene, en este caso puntual, la obligación de hacerlo. Sin embargo, los concejales igual manifestaron sus opiniones.
Por ejemplo, Roberto Soto sostuvo que “la medida va en la dirección correcta, pero el problema fue que el viernes se les comunica que el persa no funcionaría el fin de semana y muchos locatarios habían comprado su mercadería, habían invertidos sus recursos. Y ese problema se produjo porque la medida se tomó tarde y se comunicó tarde luego de la reunión de la alcaldesa con los dirigentes”.
Por su parte, la concejala Mariela Araya precisó que “hay comerciantes que viven el día a día, y hay mucha desesperación porque no tienen sustento económico. Ahora, yo privilegio la salud, pero tampoco estoy en la casa de esos comerciantes y no sé si tienen qué comer, me entiende. Y van abrir tomando todos los resguardos, pero insisto en que es fácil decir desde afuera ‘quédense en la casa’, pero otra distinta es ver gente, y yo la veo porque recorro la comuna, desesperada”.
Asimismo, Jovanka Collao comentó que “antes de haber normado algo debieron analizar todas las aristas. Me parece incongruente la decisión porque hoy estamos viviendo una emergencia sanitaria donde todos debemos contribuir con el bien común. También se que tras el cierre abrupto de la semana pasada mucha gente se quedó con mercadería y estaban muy molestos por la situación”.
La concejala Soledad Pérez, en tanto, aclaró que “ningún concejal se puede sentir responsable por esta decisión de reapertura porque no nos han considerado ni fuimos invitados a la reunión que hicieron con los sindicatos. Varias resoluciones que se están tomando en el municipio han sido entre la alcaldesa Nora Cuevas y su gabinete de asesores. En el minuto que usted me llamó me entero que la feria persa se reabre”.